Intro

¿Por qué escribir sobre el infierno?
Una ocasión Martin Luther King, el predicador que revolucionó la sociedad mundial en materia de los Derechos Civiles visitó una escuela a nivel secundario. Encontró a un joven al que le preguntó acerca de qué pensaba hacer con su vida. El joven contestó que deseaba ser abogado. Luther King preguntó: ¿qué más? Deseo también, - dijo el muchacho- hacer mucho dinero. ¿Qué más? Insistió King. Quiero casarme, tener una familia y ser feliz –concluyó el joven. Con insistencia King continuó preguntando. Pero llegó un momento cuando el muchacho le dijo:
- Pues esos son todos mis planes.
Entonces el predicador le dijo:
- Tus planes son muy cortos. Lo más que pueden durar son sesenta o cien años. Debes de hacer planes tan amplios que comprendan a Dios y alcancen la eternidad.

Tener conciencia de la eternidad, cambia radicalmente el sentido de nuestras vidas y nos ayuda a impregnar lo que es temporal con lo que es eterno. Nos ayuda a tomar mejores decisiones. Nos impulsa a ser mejores. No conozco una mejor manera de vivir el día a día, que a la luz de la eternidad.

¿Qué ánimo puede experimentar un estudiante si no creyera en que algún día se ha de graduar y que va a ejercer una profesión? La escuela no es un fin, sino sólo el medio hacia un mejor futuro. De igual manera lo es la vida en este planeta, sólo un medio rumbo a la eternidad.

Las notas que hoy nos arroja la prensa y los comunicados de los noticieros televisivos nos hablan de una sociedad inconsciente de la eternidad. Jóvenes y adultos por igual se conducen bajo la brújula de lo perecedero, construyéndose vidas plagadas de errores e incongruencias. Todo esto, finalmente lleva a donde nunca se quiso ir, a sentirse como nunca se quiso sentir y a la triste miseria de decir «pues: así es la vida».

Vale la pena pensar en la eternidad.

¿Por qué escuchar a la Biblia?
Vivimos alrededor de 6 mil 500 millones de habitantes en la tierra, y todos pensamos diferente. Sobre la eternidad, el cielo y el infierno, se ha dicho mucho. Pero mucho de ello se contradice. Pienso que las diferentes opiniones que tengamos sobre el tema hablan más de nosotros mismos que de la realidad. Es por ello imprescindible encontrar una voz objetiva y calificada. Esa es la voz de la Biblia. Veamos por qué.

La Biblia misma levanta la voz para hablar sobre el infierno, pues dedica una buena cantidad de letras sobre este tema. Pero antes de escuchar lo que tiene que decirnos al respecto, es necesario recordar algunas de sus credenciales:

Su apego al pasado.
Kenneth D. Boas y Robert M. Bowman Jr. señalan en su libro «20 evidencias irrefutables de que Dios existe» lo siguiente: «Al leer la Biblia no se están leyendo relatos fantasiosos semejantes a los cuentos de hadas o relatos mitológicos… la confiabilidad general de la historia bíblica puede ser corroborada mediante la disciplina de la arqueología» .

Pocos relatos bíblicos pueden sonar más fantasiosos que el de las Plagas de Egipto; sin embargo, la arqueología ha encontrado un escrito egipcio llamado Advertencias de Ipuwer que data de por lo menos 1000 años antes de Cristo, el cual parece relatar eventos muy similares a los que nos cuenta la Biblia en libro del Éxodo.

Sus atinadas predicciones
La doctora Julia, una maestra de la facultad de medicina, alguna vez dijo a sus alumnos: «mañana les aplicaré una evaluación». Pero, por no ser tiempo de exámenes algunos no lo creyeron y no se prepararon. El examen se llevó a cabo para su sorpresa. Pocas semanas después les volvió a decir que aplicaría una nueva evaluación. Algunos dijeron que no podía ser, puesto que recientemente se había aplicado una y tampoco se prepararon adecuadamente. El examen se llevó a cabo también. Poco más delante la doctora avisó de una nueva evaluación. En esta ocasión el grupo se dividió en varias fracciones. Unos acusaban a la maestra de actuar en contra del reglamento escolar y pensaron poner una queja ante las autoridades correspondientes. Otros pensaron que la doctora daba señas de algún trastorno mental y optaron por ignorar sus anuncios. Pero unos cuantos simplemente se prepararon para la inminente nueva evaluación, pensaron que si la maestra había cumplido invariablemente en sus avisos anteriores podían confiar en que lo haría otra vez.

La Biblia contiene miles de profecías, jamás se ha logrado demostrar la falsedad de alguna de ellas. Muchas se han cumplido ya, muchas otras se están cumpliendo ahora, y las que restan por cumplirse podemos confiar en que se cumplirán. Algunos se han esforzado en desacreditar dichas profecías, otros las han ignorado. Pero algunos -y espero seas uno de ellos-, simplemente se han preparado para su cumplimiento.

Aquí algunas de ellas ya cumplidas:

1. Mateo 24:21-22 profetiza que el hombre sería capaz de destruir toda forma de vida sobre la tierra. Hay que considerar que las armas con las que se contaba al momento de escribir esta porción eran inmensamente limitadas para llevar a cabo el cumplimiento de esta profecía. Dos milenios más tarde la humanidad tiene dicho poder con armas de destrucción masiva como los son las nucleares, biológicas y químicas.

2. Zacarías 14:12. Aquí encontramos que el profeta Zacarías anunció unos 500 años antes de que naciera Cristo el uso de armas nucleares. La bomba de neutrones consume a sus víctimas de la misma manera que lo señala en este pasaje.

3. Apocalipsis 11:9-10 predice que habría sucesos que el mundo entero podría ver con sus propios ojos. Esto fue posible 20 siglos después con la invención de la televisión y los avances explosivos de las telecomunicaciones en los últimos años.

4. Isaías 66:8 profetiza que la nación de Israel nacería en un solo día. Este hecho ocurrió el 14 de mayo de 1948.

5. Isaías 3:4-5, 12 predice un alarmante incremento de la rebeldía en la juventud.

6. Lucas 17:28-30 anuncia un incremento en práctica de la homosexualidad.

7. Apocalipsis 9:21 profetiza un incremento en los homicidios, la fornicación, los robos y la drogadicción.

Ante tales evidencias atendamos a la instrucción de Jesús: «El que tenga oíِdos para oír, que oiga».

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